Es luego de ciento treinta y siete años del descubrimiento
de América, en 1549 cuando el capitán Ortún Velasco de Velásquez y Pedro de
Ursúa en expedición pobladora después de
haber recorrido la provincia de Guane y Río de Oro llegan al valle del río Sure
o Hulago (Pamplonita) y bajo su autoridad fundan la ciudad de Pamplona
convirtiéndose esta ciudad bajo su dirección en el epicentro donde se ejerce el
control político, económico y religioso de toda la provincia y desde donde se
coordinan las expediciones a las diferentes provincias de esta región con el
fin de establecer los nombres de los Caciques indios y permitir de esta manera
el reparto en unidades de encomienda.
En el proceso de la conquista de los territorios cercanos a
Pamplona, los indios fueron distribuidos en los Españoles, en lo que se conoció
como “Repartimiento de Indios”, lo que motivó asentar el nombre de los
“Caciques” y de los “Indios Principales” e indicar la posición geográfica del
lugar, definiendo límites territoriales con los demás repartimientos, dando de
esta manera curso al acto jurídico de “La Encomienda”, acción que se reafirmaba
por mandato de la Cédula Real.
Durante la ocupación de este territorio los indígenas
opusieron alguna resistencia, sin embargo los conquistadores los sometieron con
relativa facilidad y los primitivos se redujeron a encomiendas. Es aquí donde
estos territorios ancestralmente de propiedad indígena comienzan a ser
paulatinamente propiedad de los blancos y mestizos. Específicamente toda la población indígena de
esta región del valle de las Arboledas fue encomendada en vecinos a Pamplona y
entregada a un Español encomendero quien les administraba, doctrinaba y
explotaba su fuerza de trabajo, involucrándolos en las empresas productivas
instituidas, y un alto número de mujeres que se sacaban de sus familias y
pueblos para el servicio doméstico en las casas y haciendas de los
encomenderos.
Se establecieron de esta manera los primeros repartimientos
indios; Zulasquilla encomendados en Gonzalo Rodríguez, con cédula de 9 de enero
de 1550; Arcabuzazo al Capitán Ortún Velasco, con cédula real de 26 de febrero
de 1550; Taqueroma o Guayabas Agraz y la Bixa en Francisco Hernández de
Castañeda con cédula de 9 de enero de 1554; la Bixa en Pedro de Arévalo, con
cédula de 9 de enero de 1554; Arcabuzazo o Taquema al Capitán Alonso Puelles de
Esperanza, con cédula de 4 de noviembre de 1554; los pueblos de Siravita y
Chicaguaos de Arboledas en Francisco de Castro, con cédula de 1 de febrero de
1558.
Debido a los hallazgos de aluviones auríferos en Río de oro
y Suratá los encomenderos Pamploneses debieron ampliar sus conquistas a nuevos
territorios para llenar la disminución de fuerza laboral y exigían indios que
desempeñaran el trabajo de mineros y otros para que labraran el cultivo de
productos básicos para su mantenimiento como el maíz, papa, mantas, etc. Conquista que se extendió al “Valle de las
Arboledas” incluyendo lógicamente territorios de lo que sería Cucutilla.
Hasta estos años vivieron nuestros aborígenes épocas
inmemorables con sus costumbres y creencias, fue la época de la conquista y la
colonia, donde a partir del poblamiento el indio pierde su autonomía, sus
tierras, sus costumbres, sus creencias y se ve inmerso en otra forma de vida
que le causó miedo, tristeza, rabia y melancolía, debido al atropellamiento y
barbarie de los españoles. Estos indios,
habían vivido ya un prolongado y feroz asedio de los “Motilones” que los obligó
a perder parte de su territorio y tras la época de la conquista a partir del
descubrimiento de las minas de oro de las Vetas, Río de Oro, La Montuosa y
Páramo Rico, éstos fueron forzados al trabajo en los socavones, en el
transporte de carga y labores agrícolas, en un quehacer tan agotador y cruel
que en pocos años se redujo en un significativo número la población.
En el año 1559, visitó a esta región Cristóbal Bueno,
escribano de su majestad con el objetivo
de realizar el censo y tasar tributos a la población indígena de toda la
provincia de Pamplona, con ello se pudo establecer una población de 4662 almas
(cuadro siguiente). El descenso
demográfico de la población indígena se fue dando no solo por la
desarticulación de las familias (hombres para las minas y mujeres al servicio
doméstico), represión en las revueltas, maltrato y trabajo excesivo, sino
también por la propagación de enfermedades europeas como el sarampión, viruela
y "peste" como en efecto la primera epidemia de estas enfermedades
que se presentó en el año 1559. Factores éstos que incidieron notablemente en
la paulatina extinción de las comunidades indígenas.
|
|
POBLACIÓN INDÍGENA
|
ENCOMENDEROS
|
PRINCIPAL PRODUCTO
|
|
Arcabuzazo
|
609
|
Cap.
Ortún Velasco
|
Maíz
y bija
|
|
Arcabuzazo
|
217
|
Cap.
Alonso Puelles de Esperanza.
|
Maíz
y bija
|
|
Zulasquilla
|
591
|
Gonzalo
Rodríguez
|
Maíz
y papa
|
|
Guayabas
Agraz
|
236
|
Francisco
Hernández de Castañeda.
|
Maíz
|
|
La
Bixa
|
401
|
Francisco
Hernández de Castañeda.
|
Maíz
y bija
|
|
La
Bixa
|
264
|
Pedro
de Arévalo.
|
Maíz
y bija
|
|
Siravita-Chicagua.
|
605
|
Francisco
de Castro.
|
Maíz
|
|
Arboledas
y Gacheta.
|
503
|
Juan
de Cuellar
|
Maíz
y bija
|
|
Chicaguaos
y Arboledas
|
611
|
Gutiérrez
de Oruña
|
Maíz
|
|
Tequisa
Lururetas.
|
221
|
Gutiérrez
de Oruña.
|
Maíz
|
|
Chicaguaos
y Tebtariguas
|
404
|
Antón
de García
|
Maíz
y bija
|
|
TOTAL ALMAS
|
4.662
|
|
|
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