Por entonces ya muchas parejas jóvenes pasaban al sacramento del
matrimonio formando las nuevas familias correspondiendo a sus hijos ser la
quinta generación en la vida de Cucutilla, combinando los apellidos heredados
de Españoles entre sí, pues los novios se casaban tan jóvenes que la mayoría no
tenían la oportunidad de conocer personas fuera del municipio. De esta manera
se conforman en matrimonio familias fusionando apellidos que son
característicos de la población: Lizcano, Bautista, Sánchez, Albarracín, Silva,
Barrera, Fuentes, Carrillo, Ortega, Contreras, Rubio, Parada, Menéses, Jaimes,
Duarte, Antolínez, Castillo Gélvez, Santos, Arias, Acevedo, Pérez, Urbina,
Mendoza, Ramírez, Parra, Prieto, Sepúlveda, etc.
Entre tanto la Pernícia seguía con su paso desolador y los periódicos
no encontraban tema diferente para hablar de Cucutilla:
“... La policía hace de las suyas y
nuestras quejas no han sido escuchadas por nadie. Las mujeres, los ancianos, y niños de esta
comarca no tienen seguridad alguna; pues son asesinados lo mismo que los otros
liberales, ya por aquí no se puede trabajar pues todos los días llegan
comisiones de policías y civiles uniformados (Chulavitas y Pájaros.) No hay
paz, ni reposos para los pobres labriegos...“
Por estos enfrentamientos se efectuaron los desplazamientos
de familias liberales hacia otras ciudades y son las personas que hoy después
de haber iniciado una nueva vida en Cúcuta y Bogotá principalmente; y después
de enfrentarse a muchas dificultades y de haber asimilado otras vivencias han
surgido y ocupan o han ocupado importantes cargos en el departamento e incluso
en la nación. Se encuentran entre ellos personas desde las más altas posiciones
como alcaldes, médicos, abogados, ingenieros, militares, sacerdotes, grandes
empresarios, hasta personas que desempeñan humildes actividades de zapateros,
lustra botas, loteros, celadores, y cuanta actividad económica se pueda
desempeñar ratificando la grandeza de una casta trabajadora y emprendedora que
se abre paso por la vida, y que a pesar de las circunstancias que motivaron su
salida del municipio no han podido dejarse de la nostalgia, recuerdos y
añoranzas de su tierra, quienes mantienen su orgullo cucutillense todavía se
les oye decir: Yo soy de los “arrechos”
de Cucutilla.
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