Ya no se encuentran las grandes fincas cafeteras, ahora se
han dividido en pequeñas parcelas, ni se encuentran algunos hermosos riachuelos
que cruzaban los caminos y potreros, hay muy pocas de esas grandes casas con
zaguán, corredor, grandes patios y techos de teja, los cafetales se han ido
convirtiendo en grandes potreros, debido a que la tierra ha dejado de ser
propicia para el cultivo; a pesar de todo hay quien sabiendo que el café no es
rentable continúa por tradición, costumbre o por no conocer otra alternativa
aferrado a su cultivo; pero en realidad no es provechoso y eso lo han entendido
otras personas que con tristeza han abandonado su cafetal y se dedican a la
producción de frutas y cría de algunos ganados.
Por fortuna existen mejores caminos y algunos carreteables,
en la mayoría de las veredas existe la luz eléctrica lo que ha permito a
algunas familias tener una mejor comodidad al poder disfrutar de
electrodomésticos como televisor, nevera, equipo de sonido, licuadora y plancha
eléctrica.
Recorrer a Cucutilla por sus campos y veredas da la
oportunidad de confirmar que es un municipio que tiene un potencial y riqueza
inexplorada, que hay gente estupenda que quiere a su pueblo, que ama su tierra
y el trabajo, gente que goza con la hermosura de los paisajes y quiere
conservarlos; pero que espera que se le oriente sobre nuevos tipos de
producción, que se inicie un renovado acercamiento con la naturaleza y el
campo.
En cuanto a la población a pesar que el DANE tiene
proyectada una cantidad de 10.447 habitantes para el año 2003 es muy probable que no se llegue a
este número, eso se ve cuando se recorren las veredas y se encuentran fincas
desoladas, porque sus dueños se han ido especialmente a la población de la
Gabarra a trabajar de raspachines y
el que puede se ha ido a Venezuela para conseguir dinero y pagar sus deudas;
fincas donde permanecen solos los abuelos ya sin fuerzas para trabajar y que
viven de la caridad del vecino o lo que envían sus hijos.
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