El
júbilo de la fiesta se reflejó en la paz y armonía que los habitantes anhelaban
y así lo relata Juan de la Fuente en la primera edición de su Monografía de
Cucutilla:
“...A partir del año de 1944 pasadas las agitaciones
político-sociales, comenzó una nueva era de paz, tranquilidad y vino la
concordia y para marcar esta era bajo los auspicios de la inteligencia se
levantó un Obelisco en la plaza pública en la cual lleva gravada en su parte
visible la siguiente sentencia: LA FELICIDAD NACE DE LA CONCORDIA. Quisieron
los intelectuales tal vez fijar en forma perdurable lo que en sí es una
doctrina salvadora. Bajo este concepto
el progreso será la única aspiración de todo Cucutillero Honorable”.
Este
monumento se mantuvo hasta los años sesenta y no fue posible establecer los
motivos de su demolición al parecer se dio por capricho de algunas personas en
un claro desconocimiento de la historia e irresponsable acto con las nuevas
generaciones y menosprecio con el esfuerzo e ilusión de nuestros antecesores.
Es
durante estos meses que Juan de la Fuente escribe la primera edición de la
Monografía de Cucutilla; según se puede deducir del artículo del diario HOY
donde el periodista ADEL–BERT publica la entrevista que le hiciera en su visita
a Cucutilla:
Es cierto que preparas un libro sobre
Cucutilla?
Ciertamente, mi distinguido amigo; - me contesta – Es
cierto, hace unos meses me he dedicado a este deporte grato por lo ingrato...
Y para cuándo lo podrías publicar?
No sé, eso depende de los señores que manejan la cosa
publica...
La entrevista ha terminado, charlamos de todo y nos reímos
otro tanto; porque mi interrogado es como un diccionario emocional de
impresiones lugareñas... felicitándolo por su magnífica obra me despido hasta
dentro de poco. En la salida esperan, y
al salir un escaso sol de octubre abrillanta el empedrado de la torcida calle
llena de rumores agradables de compra y venta; percibo además como el murmullo
de un bambuco lejano, el vocerío de la gente en la cercana plaza.
Juan
de la Fuente habitó en el Barrio La Asomada y ha sido de las personas que más
ha amado la patria chica.
Esta situación de tranquilidad y optimismo motivó a la
poetiza Arboledana y de gran renombre departamental OFELIA VILLAMIZAR BUITRAGO
(que fue maestra de escuela en Cucutilla) escribir un poema a Cucutilla y
dedicarlo a su amigo Juan de la Fuente.
En él la autora expresa un inagotable mensaje de amistad y canta al
paisaje cucutillense (su cielo, ríos, colinas, ceibas), a sus productos (café,
fique o ágave, caña, plátano), al trabajo y a la fortaleza y esperanza del
cucutillense, dejando el mensaje claro donde invita a los habitantes continúen
adelante, sin doblegarse ante la dificultad, olvidando tiempos y diferencias
pasadas y sacar el coraje de su raza para continuar su progreso. Poema publicado en el periódico COMENTARIOS
en su edición de noviembre 30 del año 1944.
C U C U T I L L A
A JUAN DE LA FUENTE, Atentamente
OFELIA VILLAMIZAR
BUITRAGO
Noviembre de 1944.
Tras la cúspide
altiva de las sierras distantes
tiñe Febo el oriente con fulgores
cambiantes
dispersando las sombras con lanzazos de
luz.
Se alza un himno a los cielos de la oscura floresta
y organizan las aves en las ramas su
orquesta
bajo el dombo amoroso del celeste
capuz.
¡Cucutilla, sonriente cual festiva
gitana,
con el aire altanero de gentil
Castellana!
Te despiertan los besos ardorosos del
sol;
tus campanas saludan la radiante
alborada,
y su son placentero de argentina tonada
por el éter brumoso se remonta hasta Dios.
En sus rápidos
giros, las corrientes de plata
que te aduermen amantes de febril
serenata,
van copiando la imagen de tu airoso
perfil;
y te ofrecen sus albos abanicos de
espuma,
mientras ven en sus ondas retratarse la
luna
que navega en su barca de nevado
marfil.
Bajo el palio sonriente de tu cielo
turquesa,
como moros guardianes de severa
belleza,
tus colinas te cercan: centinelas de
amor.
Y en las faldas feraces de tus montes
erguidos,
los arábigos granos van cuajando en
racimos
Purpurinos y henchidos, cual corales en
flor.
Del tapiz verde
oscuro de zarzales y helechos
van surgiendo cañales esparcidos a
trechos
dó se mecen las cañas embriagadas de
sol;
plataneras frondosas que columbia la
brisa,
chozas blancas, que fingen ser pintadas
con tiza
y ceibales que lucen su matiz de
arrebol.
Y entre el verde
conjunto se destaca el AGAVE
cuyas pencas erectas eternizan la clave
del trabajo y la dicha, de la paz y el
amor.
Ese agave es escudo de tu raza
orgullosa;
el sendal de sus fibras es bandera gloriosa,
y es un himno de gracias al Supremo
Hacedor.
Mitológico Fénix,
resurgiste a la vida
de la pira incendiaria dó la lucha
homicida
de tragedias sin cuento, te inmoló sin
temor
¡Salve a ti, que de nuevo valerosa y
confiada,
por divisa el trabajo y empuñando la
azada,
nueva vida comienza de heroísmo y
honor.
Ha sido el año 1944 uno de los años más prósperos y
tranquilos de la vida cucutillense. Por estos años retornan algunas familias
conservadoras que habían salido huyendo de la violencia, mientras se inician
obras de progreso como la construcción de las escuelas modelo para niños y
niñas en el barrio el molino, lugar donde se encuentran actualmente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario