QUEDA CLARO QUE A PARTIR DEL AÑO 1623 el valle de los ríos Zulasquilla y
Cucutillita fue puesto a disposición para la expansión de la empresa agrícola y
ganadera de los colonos blancos y mestizos, quienes pasaron a ocupar las
tierras de los resguardos extintos (tierra rematada por la Corona o vendida a
personas que demostraban algún interés) e iniciaron la rotulación de nuevas
tierras. De esta manera, este sector
inició su transcurrir histórico al margen de la población Indígena, aunque de
hecho los tributarios encomenderos (Hombres útiles para el trabajo entre 15 y
50 años de edad) continuaron trabajando en las haciendas y estancias de sus
amos, o como mitayos de alquiler en las plantaciones y granjas de los
terratenientes no encomenderos. A pesar
de haberse extinguido los indios ellos dejaron sus costumbres en los mestizos, unas
desaparecieron totalmente, otras se conservaron y se fueron trasmitiendo por
generaciones.
Así se va gestando la conformación de un feligresado que
agregado a la doctrina de naturales de Arboledas, sería el futuro sustento de
Cucutilla como “Parroquia de blancos” integrada por gentes libres de tributos,
y fortalecida constantemente con la llegada de nuevos pobladores blancos y
mestizos; proceso propio de las tranquilas épocas de la Colonia. Fueron largos años que gracias a la acción
eminente de la Iglesia y de Corona Española, se producen en lo que sería
Colombia cambios extraordinarios, se fundaron ciudades, se “poblaron pueblos”
que produjeron diversos asentamientos humanos, se propagan la ganadería y la
agricultura, lentamente se fueron fundiendo las tres mayores etnias (española,
amerindia y africana), se fueron cristalizando las costumbres y se fue
difundiendo animadamente la religión católica y la cultura.
Entre tanto en Arboledas, constituido como “Pueblo de
Indios”, doctrina regular de naturales administrada por el Convento de San
Francisco de Pamplona, se construye en 1623 una capilla doctrinera de tapias y
cimientos de piedra, enmarcada y cubierta de teja con doctrinero propio y
permanente; lo cual puso a los campesinos no indígenas como agregados a dicha doctrina. Así, la agregación del Valle de Arboledas
paulatinamente se constituía y crecía, tanto para el sector de Cucutilla como
en el marco del mismo pueblo de Arboledas.
La condición de blanco o mestizo agregado a un pueblo de
indios era ciertamente un tanto incómoda, desventajosa políticamente y onerosa
por demás. Sin embargo, los agregados del sitio de Cucutilla pronto ven
reivindicada su posición al organizarse e instituir una capilla en su sector
(actual sector de Cucutillita) como viceparroquia en 1670. Recuérdese además
que en aquellos tiempos era definitivamente insoslayable para un cristiano el
cumplir con los preceptos propios de la Fe, como oír misa los domingos y
fiestas de guardar, administrarse sacramentos y estar en "gracia de Dios"
viviere donde viviere, de tal modo que, hasta la fecha asistían al pueblo y
doctrina de indios de Arboledas o viajaban a la Iglesia Mayor de Pamplona.
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