ES EL TRANSCURRIR HISTÓRICO DE CUCUTILLA un pasado lleno de contradicciones; de alegrías y tristezas,
de paz y turbulencia, de progreso y destrucción, de huidas y retornos.
Situaciones algunas borradas por el tiempo, disimuladas por nuevas calles y
caminos que hoy recorren gente nueva, pero que a pesar de ello permanecen en el
ambiente como un legado esparcido que se resiste al olvido de estos sus nuevos
hijos.
Hijos que tiene el compromiso de labrar el nuevo camino,
¡tarea nada fácil!. Pero precisamente el pasado enseña que el cucutillense
nunca se ha doblegado y ha sabido sobreponerse a la adversidad. De esta manera
por mencionar el ejemplo de sólo algunos vale recordar al presbítero don Diego
Buitrago con su primera capilla, don Joséf Sánchez con la donación de sus
tierras para la construcción del pueblo; el cabo Juan Bautista Vegar que luchó
por la libertad al lado del General Bolívar; el maestro José María Peña Moncada
ilustre maestro de la juventud pamplonesa; don Damián Luna insigne educador; el
Capitán Alberto Parada habilidoso piloto de aviación de la fuerza aérea; José
de Jesús Sánchez con sus versos y periódico; el doctor Timoleón Moncada Rojas
impulsor de la carretera de la Pacificación; el Dr. Roberto Rojas Granados gran
defensor de los límites del municipio, los sacerdotes Martín Parada, José
Trinidad Landazabal, e Hipólito Parada
dignos ejemplos de religiosidad; don Miguel Santos que alumbró con su planta
eléctrica las noches azarosas de los años difíciles; don Joaquín Luna y Felipe Antolínez que con
sus alegres serenatas ilusionaron los corazones de sus paisanas; doña Ana de
Ortega incansable maestra de la niñez en la vieja escuela del pueblo; la señora
Belén que en su casa de habitación en el sector de otrora “barrio nuevo” a
manera de escuela privada educó a muchos niños; don “Chepe” Duarte hombre de firmes
principios y sabias decisiones; el General Arias Cabrales gran defensor de la
institucionalidad del país, el doctor Álvaro Luna Gómez brillante magistrado;
don Emiliano Arias que con su bus de pasajeros de lento pero de seguro andar
transportó por años a los cucutillenses; don Eloy Castillo Arias que con sus
recetas “La Putería” alivió por muchos años las dolencias de sus paisanos; de
Néstor Enrique Albarracín Contreras gran defensor de la idiosincrasia del
municipio; del profesor Alirio Lizcano Sánchez y Víctor Manuel Ortega grandes
organizadores de la colonia en Cúcuta y ejemplo de amor por la patria chica; la
profesora Isabel Teresa Antolinez persona de denodado esmero por preservar la
cultura autóctona; el Doctor Miguel Duarte Quintero que gestionó por allá en el
año 1994 la adjudicación de una sala de cómputos para el INSPROSOCIAL logrando
de esta manera que la educación del municipio entrara a la época de la
informática; además de permitir en la actualidad que gran numero de jóvenes
bachilleres y profesionales obtengan una posibilidad de trabajo y puedan
continuar sus estudios gracias a su colaboración desde la empresa privada en
diferentes ciudades del país.
De igual manera, Cucutilla ha contado con ilustres hijos
adoptivos especialmente sacerdotes y profesores que se han consagrado en forjar
esta tierra como propia, para destacar tal vez como el primero al padre don
José Gregorio Barragán quien diseña la construcción del templo y la erección en
Parroquia; padres Eduardo Villamizar, Carlos Saúl Solano, Alfredo Afanador,
Luis Jesús Maldonado, José Luis Menéses todos de grata recordación y
últimamente Monseñor Ricardo Trujillo Gutiérrez guía espiritual por más de 40
años, la señora Matilde Silva quien dedicó como directora de la Escuela Hogar
treinta años de su vida educando a esta juventud, Doña Graciela Quintero de
Duarte abnegada maestra de la escuela de niñas y el Profesor Carlos Arturo
Machuca ingenioso constructor de cultura.
Estas son algunas personas que han forjado de cualquier
manera el desarrollo del municipio, sé que soy injusto por no señalar a otras
más como a un gran número de profesionales y personas humildes que vivieron y
viven construyendo el futuro de Cucutilla como son muchos campesinos que
calladamente con su labor de arar la tierra, o desde su oficio de conductor,
comerciante, panadero, ama de casa enaltecen el municipio obteniendo
suficientes merecimientos para estar en otra publicación como en un libro de
grandes hijos y adoptivos de Cucutilla, necesario para que cuando algún día la
juventud cucutillense necesite un modelo de amor y trabajo por su tierra no
duden en hacerles un reconocimiento y seguir su ejemplo.
Por ahora, retomando el tema del futuro del municipio, todos
de alguna manera queremos volver a celebrar la fiesta del fique, que la niñez
pueda conocer la vieja máquina de prensa que utilizaron sus abuelos para sacar
la fibra, el viejo telar, el cañuelero, el torno, la lanzadera y demás
utensilios necesarios en la fábrica de los costales. Lo mismo con el cultivo
del café, conservar los elementos utilizados por los campesinos en su
producción como el garabato, el canasto, la máquina descerezadora, el harnero,
el rastrillo y otras herramientas e ir conservándolos en un pequeño museo para
que en tiempo futuro sean testigos de la actividad económica que se ha
desarrollado en este pueblo.
¿Por qué no
visitar las piedras que dejaron grabadas los indios?, cuándo volver a los
paseos por el campo, cuándo volver a disfrutar una Cucutilla hermosa y dejar
que corran por sus calles los recuerdos de viejos amores, pequeñas travesuras
de viejas luchas ya vividas, de reencontrar un amigo y llamarlo por su apodo y
sentir que de verdad esta tierra se alegra con el regreso de sus hijos, como
dice la canción que creó el doctor Luis Enrique Parada con motivo de la fiesta
del retorno en el año 1997:
Está
mi pueblo rebosante de alegría
porque
a sus hijos los vuelve a tener,
porque
mi tierra es como una madre entristecida
que se
pone muy contenta cuando nos vuelve a ver.
Y sentir por esto que se nos agranda el corazón de orgullo
recordando las palabras de nuestro paisano Juan de la Fuente:
"
Si no hubiera nacido, en la tierra donde nací;
me
hubiera arrepentido, de no haber nacido allí".
Y es que a pesar de la situación económica y de orden publico
que vive el municipio, todos anhelamos volver por la patria chica y forjarla
más grande. Cucutilla debe ser una tarea de todos, de cada hijo del municipio
que resida o no allí, de cada habitante nacido o no allí, de cada autoridad
eclesiástica, civil o militar (así estén de paso). Se requiere entonces que
cada uno asuma un comportamiento y actitud responsable con el pueblo, en otras
palabras que todos los cucutillenses de nacimiento, los hijos de cucutillenses
y personas que sientan algún afecto por el municipio nos
“CUCUTILLENISEMOS”...¿Pero de qué manera?:
Lo primero es “amar el municipio”, amar su gente, sus
recursos, su pobreza o su riqueza. Amor que debe manifestarse en la
conservación del medio ambiente y la adecuada utilización de sus recursos físicos,
humanos, financieros y naturales, comprometiéndonos en jamás levantar la mano
en perjuicio de nuestro propio pueblo y hermanos, nunca atacar ó destruir sus
edificios públicos y las humildes viviendas de nuestros hermanos, nunca más
tumbar un árbol que está protegiendo una fuente de agua o prestarnos con el
encubrimiento para que ocurran acciones en perjuicio de nuestra gente. Debemos
conservar su patrimonio
Segundo, aprender a vivir en comunidad y más aun como
hermanos que somos, hijos de la misma tierra, aplicando normas de
comportamiento bajo principios de responsabilidad, honestidad, respeto,
solidaridad y sinceridad, sin marginar ni denigrar de los demás. Ser
agradecidos y ayudarnos unos a otros, reconocer sin egoísmo los valores, el
esfuerzo y capacidad de los hijos de esta tierra que han alcanzado el éxito, y
que han tenido que salir buscando espacio en otras ciudades demostrando el
tesón de nuestra raza.
Como tercer compromiso se debe rescatar y respetar nuestra
idiosincrasia con sus buenas y sanas costumbres, formar a los hijos y niños
bajo la sana formación cristiana y religiosa, despertar el valor cívico y
patrio, rescatar nuestra identidad a través de diferentes actividades cívicas,
deportivas y culturales. Lograr recuperar la historia de cada vereda y barrio,
conocer la vida y obra de los hijos
ilustres de Cucutilla para que su existencia no quede en el olvido y las
futuras generaciones puedan seguir su ejemplo.
Cuarto, actuar; pasar de las palabras a los hechos, aportar
cada cual lo que corresponde, es decir, desempeñar el trabajo que le compete
honesta y responsablemente, los docentes, empleados públicos, los que cumplen
su labor religiosa y pastoral, padres de familia, estudiantes, profesionales y
dirigentes comunales son los primeros llamados a comprometerse y orientar sus
esfuerzos que infundan un nuevo modo de pensar, que canalice el gran carácter
creador y de hermandad que por años hemos desperdiciado y nos brinde al fin la
historia una nueva oportunidad para resarcir el daño que nosotros mismo nos
hemos causado con el egoísmo, la calumnia y la violencia, y que todos
entendamos el compromiso que se debe asumir con el municipio.
Es claro que todos tenemos la responsabilidad de infundir
esta nueva actitud, pero son los que tienen y puedan tener la facultad de tomar
decisiones administrativas los que poseen la mejor oportunidad para escribir
con su honesto actuar la nueva historia de Cucutilla. A los demás nos
corresponde de igual manera velar por el progreso y cuidar lo que es de todos,
unidos en un solo esfuerzo, corrigiendo errores del pasado para con mayor
facilidad adentrarnos en el siglo XXI en construcción de la Cucutilla próspera
y justa que soñamos.
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